top of page

LA CONQUISTA
Este viaje inicia en casa, en Valledupar, Colombia,
muchos años atrás.
Cuando apenas hablaba, pero tarareaba las
canciones de mi pueblo.
Cuando apenas caminaba, pero rebotaba lado a lado mis caderas a ritmo pilonero. A una calle engalanada por trinitarias y a los paseos donde los cañaguates amarillos guiaban el camino. Al cálido consuelo de mi abuela y las sombras del mimbre de su mecedora desgastada. Al sonido de los palos de mango bailando con la brisa y las campanas del cholao’ a pleno sol de medio día. A las siestas con mamá y de su mano a las clases de ballet. A un lienzo y a un pincel. A una infancia a pie descalzo y a esas flores que sabían a miel.

bottom of page